Un turista argentino fue de viaje a la China. Durante su estadía fue promiscuo y no tomó precauciones. Una semana después de llegar a su casa en Argentina, se levantó una mañana y descubrió que su pene estaba lleno de manchas verdes y moradas. Horrorizado, fue al médico. El doctor le ordenó unos exámenes y le dijo: 'Le tengo malas noticias. Usted está infectado con el virus de Mongolia; es muy raro y, lo siento, pero no hay cura. Vamos a tener que amputarle el pene'.
El hombre grita invadido por el horror: '¡Nooooo! ¡Quiero una segunda opinión!'
El doctor le dice: 'Bueno, es su decisión, pero le aseguro que la amputación es la única solución'.
Al día siguiente el hombre busca un doctor chino.
El doctor lo examina y proclama: '¡Ohhhh! Vilus de Mongolia. Muy lala enfelmedad'.
'Sí, sí...ya eso lo sé; pero, ¿qué puede hacer usted? ¡El doctor quiere amputarme el pene!'
El doctor chino se ríe, moviendo la cabeza: '¡Estúpidos doctoles algentinos! Siemple quielen opelal pala sacale más plata. Esto no necesita opelal'.
'¡Gracias a Dios!', contesta el paciente, agradecido y feliz.
'No se pleocupe', dice el doctor, 'a vel,
salte,
salte,
salte,
salte,
salte,
salte...
¿Ve? Se cayó solito'.
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