Enseña a tu gato a ir al baño
¿Estás cansada de limpiar la caja de arena de tu gato? Entonces enséñale a usar el retrete. Esta es la guía para que tu gato sea tan limpio como un ser humano...
Los gatos son animales hermosos, pero limpiar su caja de arena es, verdaderamente, algo repugnante. ¿Qué pasaría si alguien te dijera que puedes enseñarle a ir al baño? Pues puedes. En lugar de tener que vértelas con esa pestilente caja de arena, ahora podrás eliminar sus heces con sólo tirar de la cadena.
A la hora de entrenar a tu gato para usar el baño, siempre será mejor hacerlo si tienes dos sanitarios en tu casa. Utilizar uno para el gato y otro para ti durante el período de entrenamiento hará las cosas mucho más convenientes, aunque también podrías hacerlo si tuvieras un solo excusado.
En primer lugar, necesitarás una bandeja de aluminio que entre en el sanitario y otra, también de aluminio, para reemplazar su caja de arena. La idea es que el gato se acostumbre a la cubeta de aluminio en el mismo lugar que está su caja de arena. Luego, la otra bandeja, colocada en el retrete, no le resultará extraña.
Reemplaza la caja de arena original por la bandeja de aluminio, justo en el mismo lugar y posición que estaba la primera. Gradualmente, comienza a mover la cuba acercándola al retrete. No la muevas demasiado cada vez y asegúrate de que el gato sepa donde está.
Acércalo hasta la misma y deja que la toque con sus patas. Si tu gato deja de usarla, probablemente lo estés haciendo muy rápido. Reduce la velocidad. Enseñar a un gato a usar su caja de arena es un proceso largo, y la paciencia es un factor clave en cada una de sus etapas.
Una vez que el gato esté usando la cubeta cerca del excusado, súbela un par de centímetros sobre el nivel del suelo, utilizando de base algo firme de modo que no se caiga cuando el gato se suba. Gradualmente, eleva la cubeta hasta que quede al mismo nivel que el retrete.
A medida que la caja esté más alta, el gato deberá saltar para a subirse, por lo tanto es indispensable que ésta esté bien sujetada. Si se cae al intentar subirse –y lo peor, la cubeta podría caer sobre él- el gato podría no querer volver a usarla.
A esta altura, ya deberías tener lista la otra bandeja en el excusado. Si quieres, puedes usar una bandeja de cocina, que por lo general son lo suficientemente anchas para entrar en el hueco del retrete. Coloca la bandeja entre la asentadera y la base del mismo, y asegúrate de que quede firme. Pon algunas de las piedritas higiénicas que el gato está acostumbrado a usar sobre la nueva bandeja.
Deja la otra bandeja a un lado del retrete por un par de semanas, y comienza a alejarla de a poco. En poco tiempo el gato debería comenzar a usar la bandeja del retrete. Una vez que esto ocurra con regularidad, elimina la otra cubeta definitivamente.
El próximo paso será eliminar, gradualmente, la cantidad de piedritas higiénicas que están sobre la bandeja del excusado. Asimismo, haz un pequeño agujero en la misma. Cada día, reduce la cantidad de piedras y agranda un poco el agujero.
No hagas el agujero de una sola vez o el gato podría caerse o sentirse incómodo al usarla. Con el tiempo, podrás remover la bandeja y el gato estará entrenado para hacer sus necesidades en el baño.
Ya que tu gato necesita balancearse sobre el asiento del retrete, no es recomendable que entrenes a gatitos muy chiquitos. Espera hasta que el animal tenga aproximadamente seis meses, de modo que sea lo suficientemente grande para balancearse sobre la silla.
Algo importante aunque tal vez obvio, es que una vez que el gato comience a utilizar el retrete, será fundamental dejar siempre la puerta abierta, ya que él no podrá hacerlo por sus propios medios.
Sé paciente, y recuerda que este proceso de entrenamiento puede llevar algunos meses. Una vez que el gato haya aprendido, tú habrás eliminado los hedores y la suciedad de la caja de arena. Ahora, lo único que debes hacer es recordar golpear la puerta antes de entrar al baño; podría estar ocupado...
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