martes, julio 31, 2012
SE MURIO PIRILO
Un empleado de una funeraria trabaja de noche, para examinar cuerpos antes que estos sean cremados.
Examina un cuerpo identificado como José Pirilo, que está listo para ser cremado y descubre que el difunto posee un pipi grandisimo, jamás visto .
- "Disculpe, Sr. Pirilo (Piensa el empleado). Más no puedo mandarlo al crematorio con esa cosa tan grande. Tiene que ser conservada para la posteridad! "
Con un bisturí remueve el pipi del muerto, lo guarda en un frasco y se va para la casa. A la primera persona a quien él muestra tal moustrosidad, es a su mujer.
- "Tengo algo increíble para mostrarte, querida. No vas a poder creerlo!"Después, abre el frasco y.... al ver el contenido, su mujer grita horrorizada:
- AAAYYJUEPUTA !!!!! SE MURIO PIRILO !!MoralejaNUNCA LLEVE TRABAJO PARA LA CASA !!!!!!!!
lunes, julio 30, 2012
domingo, julio 29, 2012
miércoles, julio 25, 2012
martes, julio 24, 2012
lunes, julio 23, 2012
domingo, julio 22, 2012
sábado, julio 21, 2012
viernes, julio 20, 2012
jueves, julio 19, 2012
miércoles, julio 18, 2012
martes, julio 17, 2012
sábado, julio 14, 2012
viernes, julio 13, 2012
¿POR QUÉ RONRONEO DE UN GATO PUEDE REDUCIR EL RIESGO DE ATAQUE CARDIACO?
Ser propietario de un gato reduce el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, según un estudio de la Universidad de Minnesota en su Centro de Accidentes Cerebrovasculares.
Los gatos son una presencia de calma en nuestras vidas que reducen el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, según el estudio.
A nosotros no nos sorprende… enterrar nuestra cara en su pelaje caliente y sedoso nos ha ayudado a regresar a la calma en numerosas ocasiones.
El estudio con duración de 10 años del Centro de Investigación del Accidentes Cerebrovasculares de la Universidad de Minnesota, evaluó a 4.435 estadounidenses con edades entre 30 – 75 años, y encontró que los gatos reducen el riesgo de morir por enfermedades del corazón y accidente cerebrovasculares en un 30%.
Más concretamente, podría ser el ronroneo del gato que está ayudando al funcionamiento del corazón.
El Consultor en comportamiento animal Steve Dale dijo que los gatos usan el ronroneo como un mecanismo tranquilizador para comunicarse con sus gatitos. “Ellos ronronean cuando están contentos, pero también lo hacen cuando están nerviosos”. De esta manera, se pueden comunicar con nosotros.
En otro estudio, realizado en la Universidad de Kean en Nueva Jersey, los sujetos del estudio vieron la película "Lassie" y sus niveles de cortisol - una sustancia química asociada con el estrés, fueron revisados antes y después de la película, y se mostró una disminución después de ver la película.
Esta conexión de los animales, explicó Dale, "altera nuestra neuroquímica”. No sólo la fisiología, los cambios de presión arterial, lo cual es significativo, Nuestros gatos nos están ayudando a relajarnos, tal como lo hacen con sus propias crías.
Los científicos creen realmente en este nuevo descubrimiento de que tener una mascota mejora la salud de una persona.
No descartemos situaciones como cuando estamos estresados, nuestros gatos saltan a nuestro regazo, abandonando la comodidad de su cama y comienzan a ronronear tan “maternalmente” que nos anclan en la realidad y nos devuelven la paz.
Entonces… ¿ha pensado en tener un gato para mejorar su salud? ¿Alguna vez ha experimentado el ronroneo sanador?
http://claudinesong.com/ | Some Cats Go To Medical School And They make Pretty Good Doctors
jueves, julio 12, 2012
"¿Cuál es la diferencia entre una disolución y una solución?"
¿EXAMEN DE QUÍMICA?
Una de las preguntas de un examen de química en un Colegio era la siguiente:
"¿Cuál es la diferencia entre una disolución y una solución?"
Y la respuesta de uno de los alumnos fue la siguiente:
"SI METEMOS A DOS DE NUESTROS POLÍTICOS COLOMBIANOS
Una de las preguntas de un examen de química en un Colegio era la siguiente:
"¿Cuál es la diferencia entre una disolución y una solución?"
Y la respuesta de uno de los alumnos fue la siguiente:
"SI METEMOS A DOS DE NUESTROS POLÍTICOS COLOMBIANOS
EN UN TANQUE DE ÁCIDO, SE DISUELVEN,.. ESO ES UNA DISOLUCIÓN!!!.....
PERO SI METEMOS A TODOS ESOS MALPARIDOS, ¡ESO ES UNA: SOLUCIÓN!!"
miércoles, julio 11, 2012
martes, julio 10, 2012
CARGAR EL VENADO
Estaba un hombre a la orilla del camino sentado en una piedra, bajo la sombra de un frondoso árbol; se le miraba triste y meditando cabizbajo. Casi, casi a punto de soltar el llanto. Así lo encontró su compadre y amigo de toda la vida, quien al verlo en semejante situación, le preguntó cuál era el motivo para estar en una situación tan desesperante.
- Compadre, ¡¡la desconsiderada es mi mujer!! Ella es la culpable de mi situación. Esta noche la desaparezco; pero que se muere, se muere.
- No diga eso compadre, mejor dígame por que la quiere matar; a lo mejor yo puedo ayudar a encontrar una mejor solución al problema.
El compadre después de respirar profundo y conseguir la calma, empezó su relato: Mire compadre, usted sabe que somos muy pobres y en mi humilde rancho la única forma de acompañar los fríjoles es con un pedazo de carne que consigo en el monte cuando salgo de cacería. Me voy con mi escopeta, paso varios días de penalidades, arriesgándome con los peligros del monte, esquivando víboras y animales salvajes, soportar la terrible comezón que me producen las garrapatas, los piquetes de mosquitos, aguantar el frío de las noches que se mete hasta los huesos. Luego, por fin, si la suerte me socorre, logro cazar un venado; pero aún así, tengo que cargarlo a mis espaldas todo el largo camino de regreso al pueblo y subir la cuesta de la loma hasta llegar a mi casa. Todavía no termino de llegar, cuando aparece mi señora con el cuchillo en la mano e inmediatamente empieza a repartir el venado entre los vecinos y sus familiares. Que una pierna pa'doña Juana, que otra para doña Cleo, que este lomito pa'mi mamá, que las costillitas pa'mi hermana, que esto pa'llá y a los dos o tres días de nuevo sin nada que comer el tonto, otra vez de cacería. Pero ya me cansé y esta noche la desaparezco.
El compadre después de meditar un momento, le dió la solución: Invite a su mujer a cargar el venado. -¡¿Qué?!
- Sí llévese a la comadre de cacería, no le diga las penurias que pasa para llevar el venado a casa. No le hable de los caminos empredrados, ni los mosquitos, ni los peligros, ni del frío. Invítela a la cacería para que disfruten juntos de los bellos paisajes, del esplendor de las estrellas que cobijan la noche, de los manantiales cristalinos que reflejarían románticamente sus imágenes, de la graciosa manera en que caminan los venados, como si fueran bailarines de ballet; del dulce canto de los grillos y pájaros silvestres ... en fin, píntele bonita la cosa.
El compadre siguió el consejo y por supuesto la convenció.
Ella, entusiasmada fue con falda larga hasta el tobillo, que poco a poco se le desgarraba con las púas en el camino; la blusa le quedó toda dañada, los zapatos se le rompieron por las piedras y las espinas la hicieron sangrar. El cabello se le maltrató: le quedó tieso como estropajo. Se le pegaron por todas partes garrapatas y bichos. Las manos llenas de ampollas y llagas que se le hicieron al abrirse paso entre el espeso monte y estuvo a punto de sufrir un infarto al toparse con una enorme víbora.
Por fin, después de tantos martirios encontraron un venado. El hombre sigiloso se acerco a su presa, localizó el blanco justo para liquidar al escurridizo animal; con agilidad pasmosa disparó y el venado cayó muerto. La mujer no cabía de júbilo pensando en que su sufrimiento había terminado, pero no era así.
- Ahora mi amor, quiero que cargues el venado para que veas lo bonito que se siente, le dijo el hombre masticando con una expresión rabiosa cada una de sus palabras.
La mujer casi se desmaya ante la mirada asesina de su marido, pero ante la desesperación por regresar a sus casa, ni para protestar tuvo alientos. Cargó el venado en su espalda hasta su casa, casi muerta con las piernas temblando, jadeando y a punto de reventársele el corazón; al llegar tiró el animal en la sala de su casa.
Sus hijos y vecinos salieron a recibir a la pareja de cazadores y acostumbrados a la repartición, gritaron con alegría:
- ¡¡¡ Vamos a repartir el venado!!!
La mujer tirada en el piso, hizo un esfuerzo sobrehumano para levantar la cabeza y con los ojos inyectados de sangre, volteó a los vecinos y agarrando aire hasta por las orejas, les gritó:
- ¡¡¡ El que me toque ese venado, lo mato!!!
REFLEXIÓN
Para valorar el esfuerzo ajeno y respetar la real dimensión del trabajo de los demás, todos debemos aprender a "cargar el venado". Muchos tienen riquezas, empresas y comodidades porque durante años cargaron muchos venados para llegar donde están ahora ...
Y muchos otros, como la comadre del cuento, siempre esperan cual hienas a que llegue el familiar, el vecino, el amigo, el conocido o hasta el desconocido con el venado a cuestas para caerle y desgarrarlo, sin importar el esfuerzo que les ha costado conseguirlo.
La experiencia adquirida con el paso de los años nos ha enseñado. Que sólo se valora aquello que se ha adquirido, como resultado de nuestro arduo trabajo, que sólo cuidamos aquello que nos ha costado esfuerzo, sudor sacrificio y hasta lágrimas.
- Compadre, ¡¡la desconsiderada es mi mujer!! Ella es la culpable de mi situación. Esta noche la desaparezco; pero que se muere, se muere.
- No diga eso compadre, mejor dígame por que la quiere matar; a lo mejor yo puedo ayudar a encontrar una mejor solución al problema.
El compadre después de respirar profundo y conseguir la calma, empezó su relato: Mire compadre, usted sabe que somos muy pobres y en mi humilde rancho la única forma de acompañar los fríjoles es con un pedazo de carne que consigo en el monte cuando salgo de cacería. Me voy con mi escopeta, paso varios días de penalidades, arriesgándome con los peligros del monte, esquivando víboras y animales salvajes, soportar la terrible comezón que me producen las garrapatas, los piquetes de mosquitos, aguantar el frío de las noches que se mete hasta los huesos. Luego, por fin, si la suerte me socorre, logro cazar un venado; pero aún así, tengo que cargarlo a mis espaldas todo el largo camino de regreso al pueblo y subir la cuesta de la loma hasta llegar a mi casa. Todavía no termino de llegar, cuando aparece mi señora con el cuchillo en la mano e inmediatamente empieza a repartir el venado entre los vecinos y sus familiares. Que una pierna pa'doña Juana, que otra para doña Cleo, que este lomito pa'mi mamá, que las costillitas pa'mi hermana, que esto pa'llá y a los dos o tres días de nuevo sin nada que comer el tonto, otra vez de cacería. Pero ya me cansé y esta noche la desaparezco.
El compadre después de meditar un momento, le dió la solución: Invite a su mujer a cargar el venado. -¡¿Qué?!
- Sí llévese a la comadre de cacería, no le diga las penurias que pasa para llevar el venado a casa. No le hable de los caminos empredrados, ni los mosquitos, ni los peligros, ni del frío. Invítela a la cacería para que disfruten juntos de los bellos paisajes, del esplendor de las estrellas que cobijan la noche, de los manantiales cristalinos que reflejarían románticamente sus imágenes, de la graciosa manera en que caminan los venados, como si fueran bailarines de ballet; del dulce canto de los grillos y pájaros silvestres ... en fin, píntele bonita la cosa.
El compadre siguió el consejo y por supuesto la convenció.
Ella, entusiasmada fue con falda larga hasta el tobillo, que poco a poco se le desgarraba con las púas en el camino; la blusa le quedó toda dañada, los zapatos se le rompieron por las piedras y las espinas la hicieron sangrar. El cabello se le maltrató: le quedó tieso como estropajo. Se le pegaron por todas partes garrapatas y bichos. Las manos llenas de ampollas y llagas que se le hicieron al abrirse paso entre el espeso monte y estuvo a punto de sufrir un infarto al toparse con una enorme víbora.
Por fin, después de tantos martirios encontraron un venado. El hombre sigiloso se acerco a su presa, localizó el blanco justo para liquidar al escurridizo animal; con agilidad pasmosa disparó y el venado cayó muerto. La mujer no cabía de júbilo pensando en que su sufrimiento había terminado, pero no era así.
- Ahora mi amor, quiero que cargues el venado para que veas lo bonito que se siente, le dijo el hombre masticando con una expresión rabiosa cada una de sus palabras.
La mujer casi se desmaya ante la mirada asesina de su marido, pero ante la desesperación por regresar a sus casa, ni para protestar tuvo alientos. Cargó el venado en su espalda hasta su casa, casi muerta con las piernas temblando, jadeando y a punto de reventársele el corazón; al llegar tiró el animal en la sala de su casa.
Sus hijos y vecinos salieron a recibir a la pareja de cazadores y acostumbrados a la repartición, gritaron con alegría:
- ¡¡¡ Vamos a repartir el venado!!!
La mujer tirada en el piso, hizo un esfuerzo sobrehumano para levantar la cabeza y con los ojos inyectados de sangre, volteó a los vecinos y agarrando aire hasta por las orejas, les gritó:
- ¡¡¡ El que me toque ese venado, lo mato!!!
REFLEXIÓN
Para valorar el esfuerzo ajeno y respetar la real dimensión del trabajo de los demás, todos debemos aprender a "cargar el venado". Muchos tienen riquezas, empresas y comodidades porque durante años cargaron muchos venados para llegar donde están ahora ...
Y muchos otros, como la comadre del cuento, siempre esperan cual hienas a que llegue el familiar, el vecino, el amigo, el conocido o hasta el desconocido con el venado a cuestas para caerle y desgarrarlo, sin importar el esfuerzo que les ha costado conseguirlo.
La experiencia adquirida con el paso de los años nos ha enseñado. Que sólo se valora aquello que se ha adquirido, como resultado de nuestro arduo trabajo, que sólo cuidamos aquello que nos ha costado esfuerzo, sudor sacrificio y hasta lágrimas.
lunes, julio 09, 2012
Frase
"Callando es como se aprende a oír; oyendo es como se aprende a hablar; y luego, hablando se aprende a callar".
Diógenes Laerciodomingo, julio 08, 2012
Dakimakura Almohada para Abrazar
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