sábado, abril 05, 2008

COMENTARIOS DE YVES GIRARD SOBRE INGRID BETANCOURT

Yves, francés por nacimiento y venezolano por adopción ha sido claro
en sus apreciaciones permanentes, a sus 93 años y frente a la
computadora ha sido quien
más ha visto cosas que quizás nadie había detallado

Desde el día en que vi por primera vez el video de una Ingrid
Betancourt, mujer siempre reconocida como valerosa y dinámica, no pude
evitar un sentimiento
de duda irreprensible frente a un escenario, montado sin gran
habilidad, enseñándonos una mujer postrada cuyo único movimiento a lo
largo del video fue
un único abrir y cerrar de párpados.

La posición estudiada, la larga cabellera y la imagen de Madona que,
de manera ostensible se dio a la escena eran tan exageradas que
finalmente - 'quien
quiere probar demasiado no prueba nada' - quedé convencido que me
querían imponer una visión determinada.

La conclusión no era difícil, tan burda era la presentación, pero le
faltaba un elemento esencial: el motivo.

La publicación, en Francia, de un libro-bomba sobre Ingrid Betancourt
acaba de aportar por lo menos un escenario posible para este cuento
fantástico que
solo empieza a desarrollarse y que, dele por seguro, nos reserva
muchas sorpresas para los próximos meses.

Vamos a dejarnos de hipocresía considerando que estamos en el siglo 21
y que la pudibundez ya no tiene vigencia, y vamos a definir un hecho
evidente:

Según nos cuenta el autor, las hermanas Betancourt, Ingrid y Astrid,
tuvieron siempre una vida sexual bastante animada. Estudiantes, en
Francia, ambas tuvieron
como amante a Dominique de Villepin, el futuro primer ministro de
Chirac. De Villepin podía posicionarse favorablemente con ambas
jóvenes por cuanto era
ex alumno del Colegio Francia en Caracas donde fueron educados mis
hijos en la misma época. No hay duda que su dominio del español junto
con un indiscutible
atractivo personal lo ayudó mucho en conquistar estas estudiantes un
poco perdidas en suelo extranjero .

Luego, el ex- embajador francés en Bogotá, Daniel Parfait, abandonó su
esposa Nicole, y comenzó a vivir una aventura sentimental con Astrid
Betancourt.

Cuando llegó a Colombia Parfait se encontraba en el fin de su carrera
diplomática y el secuestro de Ingrid Betancourt le cayó como un regalo
del cielo y
lo transformó en una coraza política, haciéndose el ardiente defensor
de la candidata lo que lo preservaba de cualquiera medida
administrativa que hubiera
podido interpretarse como una desaprobación del gobierno francés.

Actualmente, como jefe de la Dirección de América Latina, Parfait es
uno de los funcionarios más importantes de la cancillería francesa.

Thomet, en su libro, denuncia los esfuerzos desproporcionados que
realizó Francia para obtener la liberación de Ingrid que no es
francesa de origen sino
que obtuvo la nacionalidad francesa gracias a su primer matrimonio con
el ex diplomático Fabrice Delloye.

Hasta ahora, me limité en copiar los argumentos de Thomet, el autor
del libro que apareció en Francia en el 2006 sin haber causado
aparentemente el menor
revuelo. Tampoco lo leí y lo acabo de encargar ya que no se encuentra
a disposición.

Solo me voy a referir al final del libro donde se dice que, en
realidad, Ingrid Betancourt no desea recuperar la libertad porque, al
parecer, tuvo un hijo
con el ideólogo de las FARC, Alfonso Cano, considerado como probable
sucesor del Líder guerrillero ' Tirofijo'.

Este último punto corresponde muy exactamente a la 'sensación' que
tuve siempre, o sea que el síndrome de Estocolmo había operado en este
caso como en la
casi totalidad de ejemplos de relaciones largas entre secuestradores y
secuestrados, siempre más evidente cuando se trata de personas de
sexos opuestos.

Estamos en la inhóspita selva colombiana, Alfonso Cano, la mano
derecha de Tirofijo, no puede estar indiferente a la personalidad de
Ingrid, de su belleza
personal y, más que todo, de su importancia política como ex candidata
presidencial.

No hay la menor duda que si Ingrid regresara hoy a Colombia, en las
próximas elecciones estaría elegida sin tropiezo. Cano, sabe que su
oportunidad no tardará
en venir ya que el viejo Tirofijo, después de 40 años de
clandestinidad, aparece al punto de desaparecer.

Un escenario para dar el vértigo !!!!

Ingrid sale de su cautiverio para transformarse en abogada de la
re-inserción de las FARC en el contexto político colombiano. Todos los
indicadores están
en verde.

Se puede imaginar toda clase de desarrollos, todo es posible, todas
las esperanzas están al alcance de la mano...

Una sola condición:

Que Tirofifo solo esté demasiado arraigado a la vida para permitir el
feliz desenlace capaz de contentar a todo el mundo, los guerrilleros
que empiezan
a anhelar una vida más apacible, Los colombianos cansados de una
guerra perpetua que arrancó parte de su territorio al país, las
familias de los rehenes
de ambos lados y, naturalmente, de los propios rehenes, De la
'consciencia' internacional, este fantasma omnipresente y que no
representa nada, Sarkozy
que se concentró sobre la suerte de Ingrid Betancourt, francesa de
adopción, y que se olvidó de Aida Duvalier, francesa de pura cepa,
secuestrada en 2001
y por la cual no se hizo mayor intento de liberación....

¿Todo el mundo contento?

Todos. Menos uno.. Hugo Chávez, que perdería su escudo de guardia
pretoriana para enfrentarse al pueblo venezolano alzado con la sola
ayuda de su milicia
cubana.....

Y vaya a confiar en unos pretorianos que no piensan sino en una cosa:
una oportunidad para fugarse en un país acogedor....

Porque, al adquirir respetabilidad, las FARC dejarían de apoyar un
payaso como él, necesitan paz, y paz, y paz, para compensar tantos
años de miseria entre
selva, mosquitos, arañas monas y bombardeos y, para ello,
sacrificarían alegremente el comunismo del siglo 21 que nunca tuvo ni
la sombra de una aceptación
entre ellos.

Los próximos meses prometen ser muy animados...

Yves GIRARD

'....Tendremos que arrepentirnos en esta generación no simplemente por
las palabras y acciones llenas de odio de las personas malas, sino por
el espantoso
silencio de las personas buenas...'. Martin Luther King.

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