Un grupo de investigadores del International Computer Science Institute de San Diego se propuso averiguar cuanto dinero podía ingresar un spammer al día, para lo que dejaron que ocho ordenadores se infectaran de un virus que los convetía en miembros de una botnet, aunque modificaron el software para que los mensajes que enviaban las máquinas infectadas dirigieran a un sitio que ellos habían montado a tal efecto.
Este sitio, similar en todos los aspectos a uno de esos que venden medicamentos a través de Internet, dejaba a los interesados llevar a cabo todos los pasos de la compra salvo que al final daba un error.
Contando las visitas recibidas, su conclusión es que los ingresos de un spammer que utilice este software responden a la fórmula
G = E × M × D × F × V × B × P
En la que:
G = Ingresos brutos diarios, a los que habría que descontar los gastos derivados en los que pueda incurrir quien maneje la red de ordenadores infectados.
E = Número de correos basura que se le ordenan enviar a cada ordenador infectado cada día (1,7 millones).
M = Número de ordenadores infectados en la botnet (unos 500, una cifra muy modesta).
D = Porcentaje de mensajes entregados (23,8 por ciento).
F = Número de mensajes entregados que sobreviven al filtro de correo basura del proveedor (muy variable entre distintos proveedores).
V = Número de usuarios que reciben el mensaje y visitan el sitio. Depende de F, obviamente, pero según los datos del estudio F×V es aproximadamente un 0,0127 por ciento.
B = Porcentaje de aquellos que deciden comprar entre aquellos que siguen el enlace, un 0,266 por ciento.
P = Precio medio de compra, 100 dólares.
¿El valor de G? Unos 7.000 dólares al día, que al cambio actual con algo menos de 5.400 euros… Y todo esto sin necesidad prácticamente de mover un dedo, y con unos costes muy reducidos.
Con resultados así, siempre habrá alguien decidido a vivir del spam. Y no me refiero precisamente a Hormel Foods.
(Tomado de www. microsiervos.com Vía Wired).
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