Muchas hipótesis se están tejiendo en los mentideros políticos a raíz del Anuncio de una posible entrega de la señora Ingrid Betancourt al gobierno francés.
Una de las que suena con más insistencia es que la señora Ingrid nunca fue
Secuestrada; que ella se fue a la guerrilla voluntariamente y que allí se Prepara para fungir como candidata presidencial de las izquierdas Colombianas, una vez sea puesta en libertad, acto que no sería otra cosa Que un verdadero lanzamiento de campaña.
Se dice que la permanencia de la señora Betancourt con la guerrilla Durante todos estos años de supuesto secuestro no ha sido otra cosa que un Avanzado adoctrinamiento al interior del grupo guerrillero, mientras que al Exterior se ha ido construyendo una imagen publicitaria, mostrándola como la Sufrida víctima para que un pueblo como el nuestro, al que le fascinan las Telenovelas escabrosas con finales rosa, acepten por esta vía votar por Una persona, que una vez elegida va a mostrar el verdadero cobre, llegando la Guerrilla al poder por la vía más aparentemente ingenua posible.
Se dice también que detrás de toda esta parafernalia puede estar el Presidente Chavez, al que le caería como anillo al dedo la llegada al Poder de las Farc, pues ello encajaría dentro de sus planes de Nacionalismo Bolivariano; igualmente afirman que él contaría con los votos de los Colombianos radicados en Venezuela como un aporte extraordinario a la Causa y la verdad es que en materia electorera él no solo sabe cómo se hace sino Que además tiene y de sobra los recursos financieros para lograrlo.
Todo esto son hipótesis sin confirmar, que se oyen por ahí, pero la verdad Es que están pasando cosas muy raras y de ser cierta la generosidad de las Farc se confirmaría el refrán de que "cuando el río suena piedras lleva" y Ello sumado a nuestra proverbial ingenuidad sería pan comido para quienes
Necesitaron 40 años y miles de muertos inocentes para entender que se Logra más por la vía de la política audaz que por la de las mortíferas armas.
Ojo colombianos, que no nos cojan con los calzones abajo.
Eduardo Pilonieta Pinilla
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