viernes, enero 18, 2008

Manual de urbanidad para señoritas.



Seamos más cultas, por favor.

Nota: Si es mojigato, no lea a Pierre Louÿs.
Tómelo siempre por el lado amable, por eso, busque cuál es su mejor lado.

Pierre Louÿs es sin lugar a dudas uno de mis escritores eróticos favoritos, donde viviera, no dudaría en acostarlo en el diván para que me contara a cerca de sus musas de la inspiración.

Aquí los dejo con un extracto de uno de los libros que más me gusta de él, llamado Manual de Urbanidad para Jovencitas, que es una mezcla perfecta entre las normas de civismo tipo Carreño, con un alto gradiente de ironía, humor negro y picardía inigualable.

Extractos de Manual de Urbanidad para Jovencitas:


EN LA HABITACIÓN

I
Si le sorprenden completamente desnuda, ponga púdicamente una mano sobre su rostro y la otra sobre su coño; pero nunca haga burlas con la primera ni se lo menee con la segunda.

II
No orine en la caldera. Vaya al cuarto de baño.

III
No cuelgue consoladores en la pila de agua bendita de su cama. Esas cosas se guardan bajo la almohada.


EN CASA

I
No se asome al balcón para escupir a los transeúntes; sobre todo si tiene semen en la boca.

II
No orine en el escalón más alto de la escalera para hacer una cascada.

III
Si no está completamente segura de que su coño no tiene viruela, no meta un consolador en la boca de un bebé para que mame la leche que queda en los cojones de goma.


EN LA COCINA

I
Cuando use un plátano para divertirse sola o para hacer gozar a la criada, no lo vuelva a poner en el frutero sin haberlo limpiado cuidadosamente.

II
No se la menee a todos sus amiguitos en una jarra de limonada, incluso si le parece que el refresco estará mejor condimentado con leche fresca. Los invitados de su señor padre podrían no compartir sus gustos.

III
Si vacía a escondidas la mitad de una botella de champán, no orine dentro para rellenarla.

IV
No insinúe al criado que se folle el culo de un pollo cocido sin haberse asegurado por sí misma de que el criado está sano.

V
No se cague en la crema de chocolate incluso si, por encontrarse castigada sin postre, está segura de no comerla.


EN LA MESA

I
Si se le preguntan qué bebe usted en las comidas, no responda: “Sólo leche.”

II
No meta y saque de su boca un espárrago mientras mira lánguidamente al joven que quiere seducir.

III
No lama un albaricoque partido en tanto que guiña a la lesbiana más célebre de la reunión.

IV
No coja dos mandarinas a fin de añadirle unos cojones al plátano.

V
Si se la menea a su vecino bajo su servilleta, hágalo tan discretamente que nadie se dé cuenta.

VI
Si su amiguita actual está sentada frente a usted, no le monte una escena de celos por encima de la mesa.

VII
Cuando una persona mayor cuenta una historia verde que las jovencitas no deben comprender, no se ponga a gritar como si se estuviera corriendo; incluso si la narración la excita muchísimo.

VIII
Si encuentra un cabello sospechoso en su plato, no diga: “¡Qué bien, un pelo del culo!”

IX
No esconda un consolador en el frutero para que las chicas se rían a la hora del postre.

X
Cuando le sirvan plátanos, no se guarde el más gordo en el bolsillo. Esto haría sonreír a los señores y, posiblemente, hasta a las jovencitas.

XI
Si es aún impúber, no se aplaste entre las piernas un puñado de fresas y a continuación vaya a enseñarle a todo el mundo que ya tiene la regla.

XII
Es de muy mal gusto poner bajo la servilleta de una señorita –y en lugar del panecillo- un consolador.
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Tomado de http://www.eldivanrojo.com/

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