
El ratón vio al gato y se metió en su agujero (en aquel en que vivía el ratón, quiero decir).
El gato se acerca al hoyo y hace: '¡Miau!'
El ratón se mete más adentro.
El gato entonces deja pasar un rato y hace: '¡Guau!'
El ratón supuso que el gato se había ido, y como no temía al perro salió de su agujero.
El gato, entonces, le echa mano y se lo come.
'No cabe duda -dice relamiéndose-.
En estos tiempos no puedes sobrevivir si no hablas un segundo idioma'...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario