Un borracho parrandero y mujeriego iba llegando tarde a una reunión importante y no encontraba parqueo.
Levanta los ojos al cielo y dice:
'Señor, por favor consígueme un parqueo y te prometo que iré a Misa todos los domingos del resto de mi vida, dejo a las mujeres y jamás en mi vida me tomo otro trago.....'
Milagrosamente aparece un lugar para parquear, el tipo se estaciona y dice:
'Ya no te preocupes Señor, ya encontré uno'.
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